Los nacidos hasta la primera mitad de los ochenta tenemos más afinidades con los nacidos 10 años antes, que con los nacidos entre 5 y 10 años después... Si tenéis primos mayores y pequeños, sabréis de lo que estoy hablando, y no me refiero a compartir gustos e inquietudes, sino a maneras de hacer... y aunque parezca filosofía barata demográfica no lo es... no es baladí que los nacidos en aquellos años y en particular los del 84 tengamos los últimos cartuchos de recuerdos de juegos que eran juegos y no videojuegos...
Y, ahora, que hemos cruzado el cuarto de siglo, la mayoría de nosotros... estamos a punto de entrar en las edades en las que nuestros padres y madres comenzaron a ser nuestros padres y madres, y no creo que los de mi generación, en general, hagamos visos de ser padres en los próximos 5 años, mínimo, lo cual es llamativo, porque, lo más probable es que, los que sean/seamos padres lo sean a partir de los 30, y esto no es lo más preocupante, lo jodido es que para entonces no sé qué estabilidad económica tendremos los de mi generación, no sé qué empleo se va a generar espontáneamente, si no sé qué voy a estar haciendo dentro de 6 meses, cómo voy a saber lo que estaré haciendo dentro de 6 años; bueno, sé que estaré escribiendo algo, eso seguro, no sé si me ganaré la vida con ello... pero pondré todo mi empeño para que así sea...
Porque, si echo la vista atrás y contemplo mis pasos hasta este mismo día que ahora acaba, me doy cuenta que todo cuanto he hecho, todo lo que he vivido, de un modo u otro, me conduce hasta aquí: los cuentos que mi padre vertía en mi imaginación dándome las buenasnoches justo antes de sentarse ante los apuntes de medicina y los cientos de kilómetros pedaleando juntos; el amplio léxico que mi madre nos transmitía, la corrección, las buenas maneras y una sencilla gran frase: "Los que se aburren son tontos", los debates con mi hermana desde que era bien pequeñita y la necesaria argumentación razonada y con justificación (ahora ella estudia Políticas&Derecho), la elegancia de mi abuelo, la sonrisa contagiosa de mi abuela, el liderazgo cooperativista de mi otro abuelo, "el nadar y guardar la ropa" de mi otra abuela y que aún no he aprendido del todo; la retórica de mi tía, la pictórica de mi madrina; el aura, el candor y la estrella que brilla sobre mi tío, los análisis de comedias románticas de mi tía, el estado de alerta que azuzó el marqués hacia mis palabras en su presencia, la sonrisa LindsayLohan de mis primas, el grado in crescendo de compenetración y sintonía con mi primo, la mirada pícara de mis primos pequeños y sus santos huevos, los de ambos, y aún son niños; y todo esto, sólo en lo relativo a la family, con tan solo pinceladas sintéticas...
... joder, se me ha calentado la tecla, para qué parar ahora y cerrar el blog ya, por hoy ... mmm, no, qué coño...
Las aventuras de GiJoe + Playmobils que montaba de pequeño (varios metros cuadrados de extensión), los libros de robinsones, aventuras y poesía, los libretos de los CD´s con letras de canciones, las sinopsis de las películas en VHS en aquellas tardes de videoclub, las series descargadas con celeridad para luego ser consumidas con voracidad, los campamentos como niño, los campamentos como monitor, los viajes, las rutas en bici y a pie, los barcos que tanto he disfrutado y no en demasiadas ocasiones, el THC alveolar pasando al torrente sanguíneo y todos sus rituales y derivaciones, el OH al final de la cascada esofágica que entra en ebullición y se extiende por el cuerpo; las cosquillas, masajes, caricias... los besos en todas sus variantes (bueno, en todas, todas, creo que no; o quizá sí, y no me acuerdo), las niñas, jóvenes y mujeres que fui conociendo cuando era niño, joven y proyecto de hombre, las personas que he querido y las que me han puteado, las que he puteado y las que me han querido... los cuentos y fantasías mentales que me inventé y que me sigo inventando y que me quiero seguir inventando...
Los días, noches, tardes, amaneceres y ocasos hablando de tantos y tantos temas tan variados, asumiendo que tus conocimientos son más en amplitud que en profundidad, y te das cuenta de que quizá por eso, entre otros factores, eres periodista, porque si no escribes no vives, o no puedes vivir, de veras, de otra cosa que no sea escribir, y te gusta escribir por que te gusta leer, y a partir de todo lo que has leído configuras tu imaginario y luego le añades imágenes y sonidos, pero es lo que has leído lo que se aposenta en el fondo de la memoria, y así podría continuar explicando todas esas reflexiones que a lo largo de estos meses en Madrid he ido haciendo...
Y pienso, en definitiva, joder, esto sólo con 25 años, qué podré sintetizar a los 50? Y a los 75 (si es que llego)? Y a los 100, en caso de que se terciase, buf! menudo pateo, a los 100 mejor se lo recito a mi bisnieto, para que lo escriba y que sepa lo que es teclear, porque para entonces seguro que ya ni escribimos... por favor, noOo!!!
PD:
Entrada dedicada a mi compañera, amiga y colega, periodista y screenplayer... Ner Dolara, que cumplas muchos más, y que tu país se arregle, un poquito nada más, aunque sea... y puedas volver allí a escribir, con algo de paz y tranquilidad. Venga, tonti... que sé que sueñas con ello! FelicidadeS!
Sonrisa amplia y agradecida. Gran recuento de quienes somos como generación y como individualidades. Qué loco cómo el tiempo pasa y seguimos buscándonos... y qué maravilloso.
ResponderEliminarTranquilo que a los 100, si estamos vivos, lo único que será una constante, como ahora, será escribir!